Un camino largo, empinado y físicamente exigente,
que nos lleva des de la orilla del Segre a los prados alpinos y los
bosques del sur de Andorra.
La
primera parte de este itinerario tan largo como espectacular -e internacional-
sigue la pista que va de la Seu a Alàs al lado del río,
y después gana altura por la carretera asfaltada que conduce
a Estamariu y Bescaran.
En
Bescaran se termina el asfalto cuando seguimos por la pista que pasa
al lado del campanario románico de Sant Martí, y que conduce
a las bordas del pueblo y a los pastos de verano. A la izquierda, antes
de llegar la Pla de Sorri -desde donde podríamos bajar por Torres
o Castellnou de Carcolze- sale otra pista, en dirección norte,
que terminará por llevarnos al bosque de la Rabassa, ya en territorio
andorrano, a la otra vertiente de la sierra, donde en invierno se practica
el esquí de fondo. No hay un control permanente de fronteras
-aunque quizás hayamos encontrado por el camino una patrulla
de la Guardia Civil- y por esto ha sido tradicionalmente una vía
propicia al transporte digamos irregular de mercancías.
Para
el descenso debemos volver a subir hasta la cresta: en lugar de seguir
por donde hemos ascendido, tomamos la pista que nos llevará a
los Cortals de Boloriu, en dirección oeste. La parte final sigue
el mismo recorrido que la ruta 31, por el Coll de Jou y Calbinyà.
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