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3h	30 Km	560 m

Este es un itinerario relativamente largo y, en el sector de la gran subida, físicamente exigente. El primer tramo de la ruta -unos nueve kilómetros- nos llevará desde el puente de la Palanca hasta el Pla de Sant Tirs. El camino llano que seguiremos es el antiguo camino de herradura que discurría por el margen izquierdo del Segre y que unía la Seu con Arfa, el Mas d'Eroles y el Pla. Es en el Pla (un pueblo que, a pesar de su nombre, nada tiene de llano) donde empieza la verdadera diversión. No conviene olvidar las piernas y es preciso comprobar que la bicicleta tiene un plato pequeño en perfecto estado de revista. En unos seis kilómetros tendremos que superar quinientos metros de desnivel, por una pista que trepa decididamente por el bosque del Pla (atención a las piñas que hay en el suelo y a las roderas). Al llegar al Mas de la Font ya casi habremos hecho toda la subida: tan sólo falta ir a buscar una pista en dirección sur que rodea el Tossal de Fontelles y, a partir de este momento, planear en dirección a la Creu dels Canyemassos. Antes de llegar pasaremos al lado de cal Franc, un buen ejemplo de como eran las casas aisladas de la región: pequeños mundos autosuficientes que no han superado el tránsito hacia la contemporaneidad. La Creu es un collado luminoso y lleno de sembrados, un cruce de caminos antiguos, desde donde se puede llegar con facilidad a la parte superior del valle de Tost. A partir de este momento tomamos rumbo norte, y empieza un largo y trepidante descenso. Dejaremos a la izquierda el despoblado de Nabiners, un pequeño pueblo donde ya no queda ninguna casa en pie. Al fondo ya tenemos vista sobre las montañas que rodean la Seu. En primer plano, sobre la cadena de colinas que se levantan en medio del llano, vemos Montferrer y Castellciutat, con las antiguas fortificaciones. A la derecha encontramos el valle de Casanoves, y a la izquierda el de la Coma. Bajaremos por este valle, por una pista que nos lleva decididamente hasta cruzar el torrente de la Freita -atención a las escorrentías. En el fondo del valle, a partir de cal Joan, encontramos el asfalto. La carreterita nos lleva hasta el Camí Ral d'Arfa, desde donde regresaremos en un periquete al puente de la Palanca.