Un clásico. Fácil subida, corta y sostenida,
hasta el pueblo de la Bastida. Buenas vistas sobre la Seu.
Un
itinerario perfecto para calentar o para realizar cuando no se dispone
de mucho tiempo.
Una
vez dejamos la Palanca tomamos la carretera asfaltada que sube hasta
la Bastida. Es un ascenso cómodo y agradable, en una ruta enmarcada
por cerezos silvestres, robles y pinos.
A la derecha encontramos la verdísima partida de Segalers.
Pronto llegaremos al pueblo de la Bastida -una posible variante de la
ruta contemplaría la visita a la iglesia de Santa Coloma, a la
que se llega por una pista a la derecha, antes
de llegar al pueblo. Para el descenso tomaremos el camino viejo, que
discurre entre un robledal magnífico y nos lleva otra vez hasta
la carretera principal. Al otro lado del río vemos las antiguas
casa de cal Baró y cal Quimesó.
El
tramo final consiste en una rápida bajada sobre asfalto hasta
la Palanca.
|